El informe anual «The Connected Consumer 2030» tiene como objetivo predecir cómo será la conectividad aumentada en la próxima década y cómo esta ayudará a combatir grandes problemas actuales como el cambio climático o el agotamiento de los recursos naturales. El informe, que viene de la mano de Vodafone y The Future Laboratory, ha sido presentado esta semana.
El estudio explora diferentes tecnologías que serán claves en los próximos años y que, aunque ya empiezan a estar presentes, se desarrollarán esta década. Entre ellas destacan:
Controlar a Siri, Alexa y Google Assistant con el cerebro
Las previsiones de este estudio estiman que, en 2030, habrá 125.000 millones de dispositivos conectados en todo el mundo y que éstos estarán mucho más integrados en la vida de las personas. De hecho, el informe sugiere que los wearables darán un paso más allá del control por voz y serán capaces de interactuar directamente con nuestros pensamientos.
En los próximos 10 años, los hogares estárán equipados con asistentes virtuales y dispositivos que monitorizarán la salud y podrán diagnosticar enfermedades.
Por ejemplo, los espejos del baño podrían contar con sensores que comprueben el flujo sanguíneo y los cambios anormales en el color de la piel para detectar así una posible enfermedad. Y los altavoces inteligentes serían capaces de pedir automáticamente una receta al identificar sonidos como la tos y los estornudos. Además, los wearables podrán evaluar la hidratación, el azúcar en la sangre y la presión arterial para evitar problemas de salud crónicos antes de que aparezcan.
Naturaleza conectada
El estudio de Vodafone predice que incorporaremos conectividad en la naturaleza: en los árboles, las praderas e incluso en los océanos. Con esto podremos supervisar el impacto de los planes contra el cambio climático y evaluar las posibles amenazas. Por eso Vodafone ya está investigando cómo la tecnología Narrowband-IoT (NB-IoT) puede monitorizar el crecimiento de los árboles.
En cuanto a las ciudades inteligentes podrían, por ejemplo, identificar y reutilizar el exceso de energía para redistriburila a los hogares o espacios públicos. Además, el estudio predice que se desarrollarán herramientas para ayudarnos a tomar decisiones más conscientes, como unos «certificados de nacimiento» digitales que muestren el origen, los movimientos y la huella medioambiental de los productos que consumimos.
Vehículos autónomos
Aunque los vehículos autónomos ya son un hecho y podemos encontrarlos en ciudades como Madrid, en 10 años transformarán nuestra forma de movernos. No sólo serán más ecológicos y silenciosos, sino que también contarán con hologramas inmersivos para mostrar publicidad y ofrecerán a los pasajeros la opción de controlar su viaje a través de sus dispositivos personales para personalizar su experiencia (turismo, trabajo, ocio…).
Coclusión
Teniendo en cuenta que no queda mucho para que todo esto ocurra, podemos decir que la conectividad aumentada en la próxima década cambiará nuestra manera de relacionarnos con los dispositivos pero también entre nosotros, como sociedad.
Además, todas estas tecnologías tienen algo en común: debemos dar nuestros datos personales para poder usarlos. Por eso, es importante que esa moneda de cambio nos repercuta de la mejor manera posible, como por ejemplo, que a cambio nos ofrezcan una experiencia mejorada.
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